martes, 14 de julio de 2009

Fonemas, sonidos y sílabas en español



Consonantes.

En español son cuatro los rasgos distintivos pertinentes que permitan la oposición estructural de los elementos del sistema consonántico: la acción de las cuerdas vocales, la del velo del paladar, el punto donde se articula y el modo en que lo hacen.

Acción de las cuerdas vocales.

Si vibran estaremos ante sonidos o fonemas sonoros: /b/, /d/,...
Por el contrario, si no vibran estaremos ante sordos: /p/, /t/,...

Acción del velo del paladar.

Son orales, o bucales, cuando el velo del paladar está adherido a la pared faríngea, de modo que tapa el conducto nasal y el aire pasa por la boca.

Pero si el velo permite que el aire pase por el conducto nasal, serán nasales: /m/, /n/ y /n/.

Punto de articulación.

Es el lugar en el que un órgano activo entra en contacto o se aproxima a otro, pasivo, para producir un cierre o estrechamiento en la cavidad bucal. Según este criterio, tenemos:

Bilabiales: un labio actúa sobre el otro, siendo el superior activo y el inferior pasivo: /p/, /b/ y /m/.

Labiodentales: el labio inferior, activo, entra en contacto con los bordes de los dientes superiores: /f/.

Interdentales: el ápice de la lengua, activo, contacta con los bordes de los dientes: /z /.

Dentales: el ápice de la lengua, activo, se apoya en la cara interior de los dientes superiores: /t/, /d/.

Alveolares: el ápice de la lengua, activo, se apoya en los alvéolos superiores: /l/, /r/.

Palatales: el predorso de la lengua, activo, se apoya en el paladar duro: /l/, /n/, /c/,...

Velares: el postdorso entra en contacto con el paladar blando, o velo del paladar: /k/, /g/, /x/.

Modo de la salida del aire en la articulación.

Oclusivas: al tener el órgano pasivo y el activo un contacto completo cierran momentáneamente la salida del aire. /p/, /t/, /k/,...

Fricativas: las articulaciones provocan una estrechez de la cavidad bucal por aproximación de los órganos: /f/, /s/, /x/,...

Africados, o semioclusivos: como en las oclusivas, se interrumpe la salida del aire de modo momentáneo, pero luego se resuelve con la misma estrechez de la cavidad bucal que provocan las fricativas: /c/, y ,...

Laterales: el aire sale por los lados de la lengua: /l/ y /l/.

Vibrantes: la lengua vibra dificultando alternativamente la salida del aire: /r/ y /r/.

Líquidas / No líquidas.

Son líquidos los fonemas vibrantes y laterales pues tiene rasgos vocálicos: ostentan la mayor abertura y tono dentro de las consonantes y puede abrir las vocales. El resto del sistema, no líquido, carece de esas cualidades.

Vocales.

En nuestro idioma, las vocales se distinguen de las consonantes en que aquéllas tienen una mayor audibilidad, no impiden la salida del aire -por lo que el modo de articulación deja de ser pertinente-, son más tensas y vibran durante más tiempo, y, sobre todo, en que pueden ser núcleo silábico. Fonológicamente sólo son

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martes, 7 de julio de 2009

Variedades dialectales del español actual en España

Actualmente, en España, nos encontramos con las siguientes variedades dialectales del castellano o español:

1.- Variedades septentrionales: navarro y riojano.

El navarro y el riojano presentan algunas características que los asocian al antiguo leonés y aun al gallego: así, mantienen el grupo mb latino - palomba -, conservan la f- inicial - facer -, palatalizan la l- en posición también inicial: lupus > llobo, diptonga ante yod - hodiem > huey - y mantienen artículo ante adjetivo posesivo antepuesto. Sin embargo, también posee rasgos que lo diferencian de otras modalidades: conservan la l en posición implosiva: salicem > salce, que no llega a sauce - y se pronuncia la vibrante múltiple como fricativa y ensordecida. El riojano se considera, más que un dialecto, un conjunto de hablas de tránsito entre el navarro, el aragonés y el español norteño.

2.- El extremeño.

Hay dos zonas claramente diferenciadas, debido a que el extremeño, como el navarro, se considera un grupo de hablas de tránsito entre el leonés y el andaluz: mientras que Cáceres es más dada al acogimiento de soluciones leonesas y de arcaísmos, Badajoz toma rasgos más propios del ámbito meridional andaluz. Una muestra de arcaísmos en cacereño sería la pronunciación sonora de s intervocálica y de z medial, o el mantenimiento del fonema labiodental, fricativo, sonoro /v/. Igualmente presenta leonesismos, como el cierre de e y o finales en i y u, el mantenimiento del grupo mb latino o la preferencia por el sufijo diminutivo en -ino. Por el contrario, en Badajoz se produce, como en el Mediodía español, la aspiración en [ h ] de /x/ y de h procedente de f- inicial latina, se confunden las líquidas implosivas -cardo por caldo - y hasta existen casos de yeísmo y de alternancia de seseo y de ceceo.


3.- El murciano.

Es también un conjunto de hablas de tránsito entre el catalán y el valenciano, el aragonés, el castellano y el andaluz. De hecho, es propio del murciano, por aragonesismo y catalanismo, la palatalización de l- inicial o el mantenimiento de grupos iniciales con l latinos: clavem, no pasa a llave, sino a clau. Por el contrario, tiene como meridionalismos la aspiración y pérdida de s implosiva, la confusión de líquidas o el seseo y el yeísmo propio de Cartagena. Se debe a mozarabismo la ausencia de diptongación - novo - o la conservación de sordas intervocálicas latinas, como en acachar por agachar.

4.- Variedades meridionales: el andaluz y el canario.

Por las razones diacrónicas producidas entre los siglos XV y XVII, a la que aludimos arriba, andaluz y canario comparten una serie de rasgos que los agrupa junto al español americano como la gran zona meridional de nuestra lengua. No hay que olvidar que nuestro idioma se llevó a las islas entre 1478 y 1483, mayoritariamente por colonos andaluces. De este modo aspiran la h procedente de f- inicial latina, s en posición implosiva y /x/ de las grafías j y ge y gi -[ hénte ] - y es muy común el seseo (pero no el ceceo en Canarias, aunque sí en Andalucía, como veremos). De un modo más generalizado en Andalucía que en Canarias se da el trueque de líquidas implosivas - [ árma ] por alma -, la aspiración ante nasal -[káhnne ] por carne -, o el yeísmo, que en Canarias es mediopalatal.

Por el contrario, es propio canario el alófono de la palatal, africada, sorda como sonora fricativa - como en chico, pronunciado casi como *llico - , el trueque del pronombre enclítico nos por los - vámolos por vámonos - o los usos de haber por tener, o de ser por haber, tal vez por arcaísmo debido al aislamiento insular, de este modo encontramos ejemplos como ¡Que hayan suerte! o Soy nacido en La Gomera. Los guanchismos - de la lengua guanche, anterior a la conquista - quedan sólo como sustrato en el caudal léxico: gofio - dulce típico - o chenique - piedra - son ejemplos de ello.

El andaluz, igualmente, presenta rasgos ausentes en Canarias. En la zona oriental la s implosiva es aspirada y en posición final llega a caer, en ambos casos provoca la abertura y alargamiento de la vocal precedente un grado: por ejemplo ¿Qué haces? como [ké xázÆ]; mientras que en la parte occidental suele producirse una aspiración con reduplicación de la consonante siguiente: las casas [lahk kásah]. Igualmente se pueden recoger, en la misma zona, casos muy abundantes de sonorización de la sibilante en posición intervocálica, como en el ejemplo anterior. Es también común la sustitución de ustedes por vosotros, pero combinado con el paradigma de éste: ¿Ustedes os venís? por ¿ustedes se vienen?. El ceceo ocupa, el sur de Huelva, Cádiz, sur y centro de Sevilla y Málaga y costas de Granada y Almería hasta Berja, el resto de Andalucía es seseante, salvo la zona norte de Córdoba, Jaén, Granada y la mayor parte de Almería, que distinguen la sibilante de la interdental, sorda.




Para la situación del español en América ver el artículo correspondiente en este mismo blog: http://leccionesdelengua.blogspot.com/2007/11/el-espaol-de-amrica-el-espaol-en-el.html

Cómo surgió nuestro idioma



En este vídeo de carácter divulgativo se nos explica de forma amena el origen del idioma español, las influencias que sobre él ejercieron otras lenguas y su evolución en América, con mayor detalle en México, hasta el siglo XVII.

Breve panorama de la formación y evolución del español (I)




De las lenguas prerromanas sólo tenemos noticias grecolatinas e inscripciones para su estudio. La distribución de tales lenguas se establece con el ibero en la zona levantina, el ligur en el nordeste; el turdetano en la Baja Andalucía y sur de la actual Portugal; el fenicio en las costas del sur y una serie de pueblos célticos en el cuadrante centro y oeste peninsular; y el vasco, que estudiaremos por separado, en parte de la zona norte. La continua superposición de gentes y lenguas hace que éstas tengan múltiples coincidencias. Su influencia queda hoy bajo una serie de sustratos. En lo fonológico se presentan una serie de influjos que propiciarán fenómenos propios del castellano: por ejemplo, el vasco no pronunciaba la f- inicial latina, y emitía indistintamente b y v como /b/, las oclusivas sonoras /b/, /d/ y /g/ podían decirse como fricativas en posición intervocálica, mientras que las sordas intervocálicas tienden a sonorizar; además cuenta con cinco vocales con tres grados de abertura. En lo morfológico, el celta tenía la terminación -os para nominativo plural y sufijos como -osco, -ona, -iego,... mientras que nos han quedado varias palabras prerromanas, algunas de las cueles ya pasaron en su día al latín hispánico: cerevisia > cerveza, lancea > lanza, carrus > carro, ibaiko > baika > vega,...

Con la llegada de los romanos hubo un tiempo de bilingüismo que culminó en la romanización cultural de la península, absoluto ya en nuestra era: en el siglo I Vespasiano concede el derecho general de ciudadanía y la cristianización, con la unión espiritual, latinizaría de modo completo. La romanización estuvo a cargo de legionarios y personal administrativo que trajeron sus sintopías y sincronías a la Península Ibérica, dándose ya un latín vulgar con regionalismos: en un extremo, la Bética era la más purista, mientras que la Tarraconense se consideraba la más innovadora, por influencia de la Romania Central. Es común a todas las variedades una serie de fenómenos claves en el latín vulgar y posterior formación de las lenguas romances: por ejemplo, empieza a aparecer a ante O.D. de persona, sonorizan las sordas intervocálicas, predominan las construcciones analíticas sobre las sintéticas en comparativos y superlativos y, sobre todo, cae el sistema de declinaciones por varios factores: se prefiere el uso de preposiciones al de casos, quedando solo el acusativo, que pierde la -m final, y se opta por el acento, dejándose de lado la cantidad vocálica. Al mismo tiempo se introducen numerosos helenismos: desde el distributivo cada, de /káta/, hasta léxico relacionado con la realidad material cotidiana: origanum > orégano, amphora > ánfora,..., y con el ámbito cultural: schola > escuela, scaena >escena,...; igualmente se produce una enorme renovación nominal: casa por domus, sobrinus por nepos,...

Entre los siglos V y IX, ambos inclusive se da lo que conocemos como época visigoda. Se da un protorromance que oscila entre un latín barbarizado y un ya romance visigótico: se iguala b y v como /b/ en amplias zonas, e y o breves diptongan, mientras que en la zona tarraconense monoptongan /ei/ > /e/ y /au/ > /o/ ( aurum > oro) y se reducen grupos como /mb/: plumbum > plomo. Con ellos empiezan a aparecer las primeras palatalizaciones por yod: apiculam > *abella; vetum > vetulum > *viello;... Los germanismos y goticismos pasaron ya al latín vulgar: orgoli > orgullo; guisa por mente; werra > guerra; spaiha > espía; helm > yelmo; cofea > cofia; y un buen número de antropónimos: All Wars > Álvaro; Gails Wers > Elvira,... y refuerza el sufijo patronímico de origen celta en -z y en -ici, que tendrá la misma evolución: Ramirici > Ramírez.

Por su parte, entre los siglos VIII y XI, la presencia árabe goza una gran influencia en lo que al léxico se refiere, hasta el punto de que los arabismos sean hoy la segunda fuente léxica del español, después del latín. Su influjo no sólo llega al ámbito de la cotidianidad - zanahoria, alfarero, azotea, aceite, jubón,... - sino al científico y administrativo - jarabe, algoritmo, alcalde, arancel,... -, incluso transmitieron palabras del sánscrito - ajedrez - y del persa - jazmín -. Su presencia se nota en los topónimos compuestos por el artículo al - cuyo valor de actualizador se pierde en romance -, medina - ciudad - y guada - río -, llegando a híbridos con el romance - Guadalupe -. La adaptación de la fonética árabe al romance hispánico se produjo eliminando o sustituyendo sonidos o grupos extraños para él, como el sonido gutural al´rde > alarde, o la monoptongación de /ai/ en /e/ y /au/ en /o/: aldeia > aldea. Morfológicamente se impusieron el sufijo en -í para gentilicios y adjetivos relacionantes - alfonsí, ceutí,...-; el patronímico ibn-, que pasa a ben- - Benavides - o el valor causativo de a- ante verbo - aminorar -. En lo sintáctico se extiende al romance culto el predominio de conjunciones copulativas o el orden de verbo + sujeto + complementos. La pérdida definitiva de la hegemonía militar, que se inicia en el XII, provoca la decadencia del influjo árabe en las lenguas romances, que desaparece en el XIV ante el empuje del latín y las lenguas romances.

Desde el siglo X a mediados del XIII se da lo que conocemos como periodo arcaico del español. En el panorama peninsular, hasta el siglo XI se dan una serie de peculiaridades: de un lado tenemos el rusticus sermo, o latín arromanzado: tiene restos de declinación, partículas y vocablos cultos, pero presenta un gran número de soluciones propias de latín vulgar y de los incipientes dialectos romances. De otro lado, los romances ya se usan con plena conciencia, como lo atestiguan los fragmentos en navarroaragonés de las glosas silenses y emilianenses, de finales del X y principios del XI. Sin embargo no existía ningún tipo de fijación normativa, dándose continuos dobletes, ultracorrecciones,...

En la península encontramos encontramos a finales de este periodo seis grandes zonas: el mozárabe está aislado en Al Ándalus y evoluciona lentamente, presentado numerosos arcaísmos, y progresivamente irá siendo absorbido desde Toledo. En el oeste se reparte el territorio el gallego y el asturleonés, éste, en la zona asturiana y norte y oeste de la actual Castilla León; el castellano será el dialecto triunfante, abriendo una franja cónica desde Santander, que se va ensanchando a medida que avanza la conquista, tomando zonas del aragonés y del leonés; aquél se fusiona con el navarro en el siglo XI, ofreciendo soluciones intermedias entre el castellano y el catalán, que tenía un fuerte influjo provenzal. Salvo el castellano, estos dialectos presentan una serie de rasgos comunes: por ejemplo, mantienen f- inicial latina, el grupo ct pasa a it - lectem > leite -, l- inicial palataliza - lupus > llobu - y hacen el plural femenino en -es, no en -as: cases por casas; en el occidente y el sur no monoptongan ai y ei (Pampaneira, topónimo granadino, es mozarabismo). Por el contrario, el reino castellano fue desde siempre muy independiente: la romanización de los cántabros fue tardía y no conservadora, de modo que fue una modalidad que irradiaba soluciones innovadoras: por vasquismo, aspiraba f- inicial latina; redujo grupos como mb y ei o au; opta por el artículo masculino el;... . En torno a 1150 la Cronica Adefonsi Imperatoris llama

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viernes, 16 de enero de 2009

Dictionarium Latinogallicum

Dictionnaire Latin Français



Una joya de la lexicografía: Dictionarium Latinogallicum (1522) de Robert Estienne

Diccionario griego clásico-español

Diccionario Vox Griego Clasico-Español

sábado, 10 de enero de 2009

Medios de comunicación: Información, opinión y persuasión. La Publicidad



1.- Los medios de comunicación hoy. Información, opinión y persuasión.

Es evidente que los medios de comunicación de masas han tenido una incidencia social insoslayable. Para abordar su papel en la actualidad vamos a exponer las opiniones vertidas al respecto por McLuhan, Vidal Beneyto, Eco y Lazarsfeld y King Merton.

El estudioso que más ha revolucionado la concepción universalista de los medios de comunicación de masas - mass media - ha sido el profesor canadiense Marshall McLuhan, quien, desde 1964, vino exponiendo una serie de ideas básicas para entender este nuevo fenómeno en obras como La Galaxia Gutemberg o Guerra y paz en la aldea global. Según él, la Historia comienzó en un estado tribal en la que la comunicación era oral, sucedió luego el universo del alfabeto, que se impuso a través de la imprenta. La actualidad ha superado ambos estadios y se incorpora de lleno en la era electrónica, donde la tribalidad originaria se restablece a través de la aldea global, es decir, de la conexión de todas las partes del globo entre sí. Este autor no juzga sus efectos, sino que constata la importancia del concepto de mass media - algunas de sus frases tuvieron un cierto éxito: La guerra de Vietnam es un producto de la televisión, o Hitler fue una consecuencia de la radio, son algunas de ellas. Para él esta nueva situación se define por la ciudad, como metáfora del mundo, acuciada por numerosos mensajes de orígenes distantes y producidos de modo inmediato a los hechos que narra. Por tanto, llega a concluir, si una lengua es un modo de conceptualizar la realidad y de conformar la visión del mundo, de modo lógico, el lenguaje de los media, al ser universal, también acarrea una concepción del mundo global para la comunidad de receptores.

En este sentido, McLuhan propuso, dependiendo de la recepción, una clasificación entre medios calientes y fríos: los primeros son aquellos que amplían el mensaje hasta definirlo bien mediante la saturación de datos precisos, dejando que el receptor pueda reestructurar la información con los datos que le son aportados; los medios fríos, por el contrario, proporcionan informaciones poco definidas, obligando al lector a llenar los intersticios, comprometiendo así todos sus sentidos: el receptor tendrá de todo un poco, pero nada bien definido, creándosele una cosmovisión fragmentaria de la realidad. Este fragmentarismo ha sido aducido como uno de los factores que definen la postmodernidad y es cierto que hay características en los media que provocan tal estado: la espontaneidad, la inmediatez de la noticia, la recurrencia al sobreentendido, el silencio intencionado de algunos hechos,... Los creadores de la teoría de la comunicación, Shannon y Weaver, ya vieron que uno de los rasgos que definirían los medios de comunicación de masas sería la productividad cuantitativa: la relación del mayor número de información en el menor tiempo posible, relación que podría aumentar los riesgos de deformación del mensaje.

Por su parte, José Vidal Beneyto recoge las últimas ideas acerca de las repercusiones sociales de los medios de comunicación hoy en tres puntos básicos:

 Aumenta la extensión y complejidad de la esfera comunicativa, especialmente a través del uso privado de la telemática.
 El fragmentarismo lleva a definir la objetividad como el control de la propia subjetividad: la información renuncia a ser un simple reflejo de la realidad, los medios tienden a establecer una nueva: la realidad informativa, que puede enriquecerla o mermarla creando falsos referentes.
 Se pone en tela de juicio la representatividad de los medios, dirigidos a la sociedad pero representante de solo una parte de ella, la que ostenta algún tipo de poder político o económico. De esta manera son medios para la población, pero la sociedad no tiene en ella un marco de expresión para su opinión. Adorno y Horkheimer afirman así que los medios no informan sino que crean la cultura de masas.

Estas ideas conllevan una serie de valoraciones éticas. Umberto Eco, en Apocalípticos e integrados, divide la postura de los intelectuales al respecto en dos grupos: los que acentúan la idea de que la uniformación de los pensamientos es peligrosa son llamados por apocalípticos, mientras que a los que ven la aldea global con optimismo en cuanto canal para el diálogo y la libertad de expresión los llama integrados. A partir de esta dicotomía expone una serie de inconvenientes y provechos de los medios de comunicación de masas. Las críticas se fundan en primer lugar en la banalización de la cultura, en el autoritarismo soterrado que le subyace, en cuanto favorece el paternalismo fomentando la incapacidad de respuesta del receptor ante unas directrices uniformadas, es precisamente este peligro de uniformación el mayor de todos: evita la originalidad y el espíritu crítico. Por el contrario, los provechos de los mass media vienen dados por una serie de hechos incontestables:

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