La redacción se desarrolla como un proceso complejo en el cual se pueden desagregar claramente tres fases o etapas: la primera, de pre-escritura, destinada al acopio, generación y organización de las ideas; la segunda, de redacción y la tercera, de revisión.
La cantidad de convenciones que requiere el acto de la escritura es muy elevada. Primeramente, tenemos que conocer la ortografía convencional y arbitraria de las palabras. Las reglas de ortografía no nos ahorran el trabajo de tener que memorizar las letras y los acentos que forman una palabra porque tienen una unidad relativa.
Cada regla tiene sus excepciones, son numerosas y suelen coincidir con las palabras más usuales. Además, determinados aspectos de la ortografía no tienen ninguna regla gramatical y la única posibilidad de dominarlos es memorizar palabra por palabra. Sólo podemos conocer qué letra corresponde poner a determinada palabra porque antes la hemos visto escrita y la recordamos. De no ser así tendremos que consultar un diccionario.
También debemos reconocer las convenciones que afectan al uso de las letras mayúsculas y la puntuación.
Asimismo, un buen escritor sabe muchas cosas sobre el tipo de texto que escribe. Por ejemplo, para escribir una carta tiene que conocer la estructura que tiene este tipo de texto, que es distinta de la que tiene una noticia periodística o una instancia. También tienen que adoptar un determinado tipo de registro, con expresiones más formales o más coloquiales que variará según el tema del texto y según la persona a quien se dirija. Y aún más, tiene que enlazar las frases entre ellas de una determinada manera con conjunciones, pronombres o sinónimos, de una forma muy distinta de como lo hacemos normalmente cuando hablamos.
En resumen, un escritor tiene que dominar las características del código: debe recordar la ortografía de las palabras, tiene que distinguir las sutiles normas de puntuación y las convenciones en el uso de las mayúsculas, es necesario que conozca la estructura, los registros y las formas de cohesión propios de los textos que quiere escribir. Es un extraordinario, vasto y variado conjunto de conocimientos. ¿Cómo los adquiere el aprendiz de escritor que se inicia? ¿Dónde puede encontrar todos estos conocimientos? ¿De dónde los aprende o los ha aprendido el escritor competente? Lo aprende de los textos ya escritos que han redactado otros escritores.
Pasos para la creación de un mensaje:
Su documento será más persuasivo si tiene una sola idea dominante. Llamaremos a esta idea rectora el mensaje principal. Usted puede dar otro nombre a su mensaje. Podría llamarlo, por ejemplo, una tesis, una propuesta, una proposición o un resumen. Nos gusta el término mensaje porque la palabra sugiere un tipo específico de idea.
• Está dirigido a una persona o grupo específicos.
• Tiene un propósito práctico.
Crear un mensaje implica cuatro etapas. ¿Cuáles son?
1. Definir el propósito que usted tiene
2. Analizar a sus lectores
3. Redactar una oración que contenga el mensaje
4. Revisar el mensaje.
Edición: Una buena edición implica hacer elecciones sensatas. ¿Qué palabras debe usar? ¿En qué orden debe ponerlas? Nunca hay una sola respuesta correcta.
• Tómese un descanso antes de comenzar a editar. Deje a un lado su primer borrador y haga alguna otra cosa antes de editarlo. Esto le permitirá examinar lo que ha escrito con más objetividad, como si no lo hubiera escrito usted.
• Pida una segunda opinión. Dé su trabajo a un colega o amigo cuya opinión respete. Es importante que usted conserve la facultad de elección final en la edición.
• Edite sobre el papel, no en la pantalla. Puede examinar el texto con más objetividad cuando está sobre el papel.
• Edite para lograr claridad. Eso implica usar un español llano, de uso corriente.
Edite en forma sistemática. El método más eficiente es editar el texto en tres niveles: los párrafos, las oraciones y las palabras.
Edite en tres niveles:
• Construya párrafos eficientes.
• Mejore las oraciones largas y complicadas.
• Escoja las palabras cuidadosamente.
De este modo, usted edita primero las unidades de significación más grandes. Los problemas a nivel de las oraciones y las palabras tienden a desaparecer a medida que edita los párrafos; otros problemas a nivel de las palabras se desvanecerán cuando edite las oraciones. Editar sistemáticamente implica que usted obtiene el máximo beneficio con un esfuerzo mínimo.
Control de los aspectos léxicos, sintácticos, semánticos y pragmáticos:
1) Pragmático: ¿El texto muestra que, como emisor, se ha tomado en cuenta a quién se dirige, con qué motivo? El formato elegido, ¿es el más apropiado? ¿Cree que su texto podrá cumplir el efecto que se ha propuesto? ¿Tuvo en cuenta la competencia de conocimientos de su receptor? Revise cómo ha sido su elección dentro de las posibilidades que brinda la lengua para que la comunicación sea exitosa.
2) Léxico- Semántico: ¿La información que se brinda es pertinente? ¿Se establecen en el texto contradicciones que no se aclaran? ¿Se ha utilizado un vocabulario preciso y adecuado al tema y al tipo de texto elegido? ¿Ha cuidado la cohesión del texto?.
3) Sintáctico: La combinación de palabras en las oraciones, ¿es intelegible? Si alguna de las oraciones no se organiza según el orden lineal, ¿puede reflexionar sobre las razones del cambio? ¿Es distractora la organización de su oración, por ej.: por exceso de inclusiones, por ser muy extensa, con elementos paratácticos (en coordinación), porque el verbo principal sólo se lo encuentra casi al final? Verifique la fluidez de las oraciones. La organización de los constituyentes de la oración, ¿puede inducir a una mala interpretación o a la ambigüedad? Verifique si todos los verbos tienen su sujeto correspondiente o si no ha olvidado desarrollar el predicado: esto sucede en oraciones extensas muy a menudo.
4) Morfológico: ¿La selección de palabras se corresponde con la intención comunicativa? Controle la concordancia entre los elementos. ¿La elección de persona (lª, 2ª o 3ª), de tiempo y modo verbal, de adjetivos (objetivos o subjetivos afectivos/valorativos) se corresponde con el tipo de texto elegido? ¿Cuidó no zigzaguear entre el tiempo pasado y el tiempo presente si su texto se trata de una narración? Preste atención a las formas irregulares, sobre todo de los verbos.
5) Notacional: ¿Ha cuidado que la puntuación del texto no se contradiga con lo que ha deseado expresar?. ¿La puntuación colabora con el lector para la captación del significado del texto?. ¿Revisó cuidadosamente la ortografía?. ¿Se preocupó por la tildación de las palabras para que no se produzcan confusiones o ambigüedades?. Verifique que sí utilizó los signos auxiliares que correspondan. ¿Recordó señalar con sangría el comienzo de sus párrafos?. Controle el uso de mayúsculas. Observe la utilización del espacio.
Recuerde que esta dimensión colabora activamente en la construcción del significado del texto.
domingo, 30 de septiembre de 2007
Redacción y edición de escritos
Publicado por I. Manzanares en 15:24
Etiquetas: gramática del texto, redacción de textos
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